¡Primer día!
Mi primer día de escuela
22 de septiembre del 2005, como siempre estaba listo para irme a trabajar, pero, ahora era diferente comenzaba en un nuevo lugar, el colegio que tenía mas cerca de mi residencia.
Era de esperar que estuviera nervioso, como docentes sabemos que es un nuevo reto cada vez que llegamos a un nuevo curso porque los alumnos se hacen expectativas del nuevo profesor: ¿cómo evaluará? ¿cómo imparte sus clases? ¿es muy estricto o conciliador con sus alumnos?. Todas esas interrogantes son muy normales y debemos estar preparados.
Algo que me mantuvo despierto mucho tiempo en las noches fue pensar ¿qué tipo de evaluación ocuparé con estos chicos?.
La evaluación representa, cuando menos, una doble aportación a la calidad de la educación impartida en los centros educativos. Por una parte, es una función que ofrece a los responsables la información; los datos en que se deben basar las decisiones de mejora; por otra parte, implica una determinada filosofía, una concreta actitud tanto en el profesorado cuanto en los mismos alumnos.
Me asignaron séptimo grado y noveno grado, creo que comenzaré un experimento, mi intención es que toda la comunidad que pueda visitar este sitio sea testigo de mis experiencias, al ocupar en cada clase un tipo de evaluación diferente.
Por esta razón, me incliné a observar cuál de las dos tiene consecuencias más visibles o qué actitudes toman los alumnos y cuáles son los resultados.
Para séptimo grado ocuparé la evaluación criterial y para noveno grado la evaluación normativa.
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